Que le escapás a tu
humanidad como si pudieras correrte.
Que sabés que el
cielo prometido es marketing de segunda.
Que tampoco creés que
haya alivios en el medio.
Que sos de los que
saben que ciertos mundos no nacen de nuevo.
Que las tortugas que
cargan los planos están cayendo en picada.
Que tanto apocalipsis
en negrita es un grito en mayúsculas mudas.
Que gritar te
transforma en un salto del momento.
Que saltar genera
efectos.
Que es para que te
miren ahora.
Que es para que no
exista otro segundo que el de la luz y ese hilo tuyo con el todo.
Que esa atención es
un recorte de las circunstancias.
Que la atención es un
rayo láser sobre un punto.
Que mirándote de tan
cerca se pierde la perspectiva.
Que mirar no es ver.
Que mirar no es
estar.
Que mirar es sólo con
los ojos y algo de voluntad.
Que hay soledades
llenas de ojos.
Que hay ojos con
máscaras y sombra comprada en Todo Moda.
Que hay ojos que ven
redondo cuando quieren decir cuadrado.
Que escribir es un
poco eso, pero con diez grados de mareo.
Que leer es un poco
eso, pero tangencialmente.
Que vos por ejemplo
estuviste mirando estas letras hasta llenarlas de sentido.
Que no todas las
letras tienen sentido hacia adelante.
Que estuviste
pensando que eran para vos.
Que eran tuyas.
Que yo era tuya.
Que en la confusión
todas las teorías se sostienen en el suspenso.
Que el juego todavía
está creciendo en la baraja.
Que no supimos, pero
ahora sabemos
que las letras entran
inocentemente por los ojos,
que los ojos son
trampas por donde se llega al resto de la carne.
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