Querido vecino que todos los sàbados
desde hace meses
cumplís con tu rutina de asado nocturno
para la familia tipo,
te pido por favor
que te permitas el sabor de la aventura
y el insight de los nuevos ingredientes.
Improvisar
es un acto de rebelión necesario
en la rutina y el orden
de una pareja con dos hijos.
Quizás puedas considerar que los martes
también existen y son buenos para el asado
ni te digo los jueves, en que la carne
está tan fresca que todavía
huele a campo y no a matadero.
Te cuento que esos días son ideales
para la cocina al aire libre
pero no para el lavado de ropa del resto.
Justamente los sábados, aquellos
que no tenemos terrazas
ni parrillero, ni familia tipo
nos ocupamos de lavarla.
Te juro que no es nada en tu contra.
Es que este fue un año difícil
y me encantaría
que, por una vez,
al sacar la ropa interior de la soga,
el domingo,
no tenga olor a humo
ni a chinchulines
y mucho menos a familia.

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