jueves, 29 de noviembre de 2018

Jardines

Me gustan las verdulerías
cuando las chatas vuelven del mercado
y descargan los cajones
en la vereda.
Huele como un jardín recién llovido
que no se enteró todavía
de que ya no existe.
Entonces compro
una planta de lechuga de hoja,
tomates perita, acelga
zanahorias y berenjenas
y las desparramo por mi casa
esperando que la contagien
de su olor a vida,
de su optimismo inocente,
antes de informarles que mi cuchillo
viene a darles la extremaunción.


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