No hay muebles
en esta casa
tan grande. Lleno todo de bolsas
que ceden al contacto y no sirven,
no saben simular
la dureza necesaria
que soporte el culo que cae rendido
o el plato con apenas fideos
o el ritual de apoyar los codos
para sostener la cara
que piensa, otra vez, piensa
sin necesidad de muebles
de casa,
de permiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario